Análisis Virtual de Trompetas Mayas
Caso 4. Modelos de quiote de maguey Incus-Utop-Chek


Fig. 1. Trompeta de quiote de maguey, de Luis Méndez.

Roberto Velázquez Cabrera
Instituto Virtual de Investigación Tlapitzcalzin

Documento consultivo.
Primera versión en español, 10 de abril de 2005. Ultima versión, 19 de noviembre de 2011.

Introducción

Ya se han analizado virtualmente tres tipos de trompetas mayas de guaje, de ramas huecas y de ramas huecas y guaje, que son similares a las que ya sólo aparecen representadas en la iconografía como en los murales de Bonampak y en algunos vasos mayas. Como ese tipo de trompetas se perdieron hace más de mil años, sólo se pueden analizar indirectamente, por medio de sus modelos experimentales. Para poder estudiarlas, es necesario explorar todos los materiales y formas de construcción que se pudieron usar en el pasado.

El objeto de este ejercicio es analizar y comentar brevemente las trompetas de quiote que hace y toca Luis Bernardo Méndez Sánchez como una "trompeta maya" en Youtube. Las toca en forma compleja como la trompeta Australiana llamada didgeridoo o yidaki. Quiote es la floración del maguey y otros agaves similares, y así es llamada en la zona del centro y occidente de nuestro país. El estudio se hace en base a la información proporcionada por Luis en varias entrevistas y ejercicios, complementada con algunos análisis adicionales del autor y de otros investigadores interesados. Dice que comenzó a difundir sus descubrimientos trompeteros en 1988 en dos programas del canal TVQ de Querétaro, pero como no han sido dados a conocer en la literatura, se considera relevante publicar abiertamente lo relevante que sabe y me comentó de la trompeta de quiote. Luis considera que ese tipo de material pudo ser usado para hacer trompetas "precuauhtémicas" como las mayas, aunque no se han encontrado evidencias de eso en la literatura, pueden funcionar bien acústicamente como otras similares antiguas. Luis designa a este tipo de trompetas Incus-Utop-Chek (Trompeta Flor de Árbol), porque así las llaman los mayas lacandones con quienes dice que convivió hace tiempo. Los lacandones le comentaron que sus trompetas se parecen a las que se muestran en los murales de Bonampak (Figura 12) y ya aprendieron a volver a hacerlas y tocarlas con su ayuda. Luis comenta que ya ha enseñado a otros interesados a hacer este tipo de trompetas, pero algunos han usado su técnica públicamente, sin siquiera darle los créditos correspondientes. En un evento del sitio de Xochicalco "Aniversario 2004", Luis mostró y tocó algunas de sus trompetas (Figura 2).


Fig. 2. Luis tocando en Xochicalco.

En el museo de de ese mismo sitio de Xochicalco presentó una exposición de modelos de trompetas mayas, que de acuerdo a una nota de Conaculta, fue llamada Huey Acatl Gran caña (en Nahuatl) y "Los sonidos del poder".

Actualmente, Luis incluye información de sus actividades y trompetas en varias páginas como LUIDGERIDU de myspace, pero se requiere registrarse para consultarla.

Material y construcción

No es sencillo encontrar el material natural adecuado, ya que hay muchas variedades de magueyes y plantas similares como el agave y el henequén (Agave Fourcroides Lemaire). Son plantas maravillosas y variadas, ya que sólo la familia el agave (Amarylidaceae) se conforma con 120 especies. En el pasado, esa planta era considerada sagrada y fundamental, ya que producía el pulque y algunos productos fundamentales como los hechos con la fibra y hebras de sus hojas, llamado ixle, pero algunas de sus variedades han venido desapareciendo, por las quemas y otras formas de destruccciòn y saqueo de mucha de la biosfera nacional. En la actualidad, el término comúnmente utilizado en México para nombrar al agave, es maguey. Nuestro país es el centro de origen de la familia Agavaceae, a la que pertenecen ocho géneros. De las 273 especies descritas de esta familia, que se distribuye en el continente americano –desde Dakota del Norte, EUA, hasta Bolivia y Paraguay– en México se encuentra la mayor diversidad con 205 especies, de las cuales, 151 son endémicas. Crecen en casi en todo el territorio nacional como en las zonas áridas. En la zona maya también florea el henequén, de cuyas hojas se extrae el milenario y duro ixtle que se ha empleado en cuerdas y textiles. Las inflorescencias del henequén se muestran en una foto de la A. angustifolia y la A. fourcroydes (que usualmente son de 3 a 4 metros de altura), pero ahora son raras en plantas cultivadas, ya que se cortan las hojas antes de que surja la flor y se empiecen a secar.

En ocasiones, se requieren días para buscar y encontrar magueyes idóneos en zonas rurales semidesérticos muy alejados de las comunidades habitadas y de las carreteras asfaltadas, debido a que se necesita que el quiote y la piña de la planta estén bien secos y sean del tamaño adecuado. Esas plantas se mueren, cuando completan su ciclo de vida (que dura al menos de 5 a 6 años) y florecen y tiran sus semillas. Por ello, no es fácil encontrar quiotes de las plantas cultivadas como las del Agave Tequilana Wever variedad azul, y las de (Potatorum zucc, Amailidáceas y el Angustifolia), ya que usan la piña o las pencas antes de que se sequen para hacer los licores nacionales del tequila y mezcal, respectivamente. Los mejores quiotes para trompetas tienen que ser enanos (de 1 a 2 metros de altura), ya que la mayoría son muy largos y gruesos como los que se usan para producir el aguamiel con el que se produce el pulque ancestral mexicano.

Estos grandes magueyes pulqueros (como unos de un cerro un poco adelante de Texcoco) tampoco florecen, porque su piña se ahueca para que se deposite diariamente el aguamiel en su interior, mismo que se extrae con un acocote largo (o "acocoti" que originalmente era de un guaje Lagenaria siceraria) como el que se ha usado para hacer modelos de trompetas mayas. Una capa delgada del material de la superficie interna del hueco del maguey se elimina con un raspador de metal. El aguamiel recolectado se transporta en un cuero de chivo amarrado. El cuero de chivo curado con aguamiel, también se puede usar como membrana de modelos de tambores o tamborcitos mayas como los que hacen los hermanos Gregorio y Mario Cortés de Texcoco.

Usualmente, con el tiempo la parte inferior e interior de la piña de los magueyes que mueren se pudre o es carcomido por sus azucares y en el interior del quiote queda el material fibroso y esponjoso seco, por lo que ya no pueden tener otra utilidad. Los magueyes que no están bien secos, no sirven para hacer trompetas, por lo que no se deben cortar para ese propósito. Sin embargo, si el quiote es tierno, se puede cocinar con azúcar o piloncillo. También las flores vivas del maguey pueden servir para hacer guisados. Trozos de quiote también se usa para alimentar aves y ellos los perforan. También se han usado para hacer los resonadores de otros artefactos sonoros como tamboriles y chapareques antiguos (de cuerda) y otros más recientes como los violines raramuris, de Francisco Camacho Morfin 1. Como los trozos de quiote no son muy largos para esos propósitos, se informa que su ahuecado se puede hacer con formones, escofinas y limas.

Hay una NORMA Oficial Mexicana (NOM-007-RECNAT-1997), que establece los procedimientos, criterios y especificaciones para realizar el aprovechamiento, transporte y almacenamiento de ramas, hojas o pencas, flores, frutos y semillas, de recursos forestales no maderables como el maguey. Hay que evitar mayor daño a la biosfera, aunque no se conocen otros posibles aprovechamientos de los magueyes enanos que se secan en las pendientes o laderas de terrenos áridos y pedregosas, ya que normalmente con el tiempo se desintegran.

Primero se localiza el "quiote pendientero o pedrero" muerto, bien seco por más de 2 años y usualmente de menos de 2 metros de largo (Figura 3). Debe estar bien seco, para que la cáscara sea dura y funcione bien acústicamente.


Fig. 3. Maguey con quiote "pendientero o pedrero" bien seco.

Una de las indicaciones de que el quiote esta bien seco es que alrededor de la planta hay hijos de mediana altura, con hojas de aproximadamente 40 cm. (Figura 4).

Fig. 4. Gran planta de maguey bien seca con su hijo vivo y un quiote "enano" al lado.

Después de ser localizado el maguey bien seco, se requiere extraer el quiote (Figura 5) con la piña y el resto de las raíces (teniendo cuidado de no fracturarla ni perforarla, ya que la corteza es muy delicada)

Fig. 5. Luis elimina las hojas del quiote.

Después de eliminar las hojas, para que quede limpia la corteza (Figura 6), se debe cortar a su longitud final, para facilitar su transporte.


Fig. 6. Quiote con piña bien secos, después de ser extraídos y ya sin hojas.

En la Figura 7 se muestran algunas piezas cortadas, a las que se han eliminado las raíces y el material blando del interior de la parte inferior de la piña, listas para ser ahuecadas.


Fig. 7. Quiotes con piña secos y limpios, listos para ser ahuecados.

El proceso de construcción de una trompeta de quiote es muy elaborado y le costó a Luis dos años de experimentación para probarlo y perfeccionarlo. En mi opinión, la técnica de construcción más importante mostrada por él es la del ahuecado de las trompetas siguiendo un proceso extremadamente cuidadoso. Utilizando "cuatro elementos naturales básicos del universo y de la madre tierra": fuego (Figura 8), viento, agua y tierra, es posible quemar el material fibroso del interior y evitar que se consuma la corteza y para poder obtener un instrumento rígido y delgado de una sola pieza sin hoyos o fracturas. Luis no me ha autorizado a describir en detalle su técnica de ahuecado, pero se ha visto que es muy ingeniosa. En las trompetas que hace, el diámetro interno de la boquilla es de menos de 2 cm., el diámetro interno de la campana de 25 a 40 cm. y el grueso de la pared debe ser lo menor posible para minimizar el peso total, mismo que ya terminadas puede ser de un poco menos de un kilo a cerca de tres kilos.

En otras zonas del exterior, como en algunos estados sureños de los EUA, el hueco interno de trompetas similares en tamaño, con la forma del "didgeridu", "didgeridoo", "didgirido" o "yidaki" australiano) se hace cortando longitudinalmente por la mitad el quiote para acanalar y después pegar las dos partes o usando taladrados mecánicos complicados. Como recientemente ha surgido demanda de los amantes del llamado "didgi" en varias partes del mundo, los que lo hacen, comercializan en varios cientos de dólares cada instrumento.


Fig. 8. Fuego dentro del quiote.

Después del ahuecado, se requiere eliminar el material quemado y alisar la superficie porosa interna, para cubrirla con un barniz o resina con la finalidad de impermeabilizarlo y poder producir sonidos claros, ya que si la superficie es muy porosa los sonidos se pueden apagar.

Análisis sonoro.

El modelo usado para analizar el tipo de sonidos generados no es una copia de una trompeta antigua ni se sabe la forma exacta de tocarlas en el pasado remoto, pero es posible explorar las posibilidades sonoras de las trompetas construidas. Una habilidad importante de Luis es que puede producir sonidos complejos durante periodos largos de tiempo, usando la técnica de “respiración circular”, diversas configuraciones del tracto vocal y vibraciones de los labios y de las cuerdas vocales al mismo tiempo, como lo hacen los buenos tocadores del "didji". Aunque se ha visto que este tipo de trompetas pueden producir una variedad amplia de sonidos, en este caso es relevante analizar espectralmente los sonidos complejos generados sin interrupción por un tiempo considerable. Las componentes de frecuencia, hasta 3 KHz, del sonido producido se pueden ver en el espectrograma de la Figura 9.


Fig. 9 Espectrograma de un segmento corto (11 segundos) del sonido complejo, de 50 segundos (.mp3 de 800 KB).

La (frecuencia) fundamental F0 de ese sonido complejo, que se muestra con la raya horizontal inferior más negra del espectrograma de la Figura 9, se genera entre 70 Hz y 75 Hz y el sonido tiene una gran cantidad de armónicas variables en el tiempo e intensidad. Las variaciones en la intensidad sonora se pueden ver claramente en la imagen de la señal grabada, que se muestra en la parte superior de la misma Figura 9. Para hacer ese tipo de variaciones, se requiere de años de práctica. El análisis anterior es importante, porque ese tipo de sonidos complejos no se habían examinado espectralmente.

El análisis acústico se puede complementar. Con un sonómetro, se midió la presión sonora de algunas trompetas de quiote (de varias longitudes) en el rango de 83 dB a 93 dB, lo que equivale a 0.0025 Watts y 0.025 Watts. Con esas estimaciones de potencia acústica en Watts es posible hacer comparaciones con las de los modelo experimentales de varios materiales y estructuras analizados en otros estudios como los de guaje, de ramas huecas y de ramas huecas y guaje (1.0 Watts, 0.1 Watts y .01 Watts, respectivamente). Eso indica que las dimensiones y estructura interna del tubo pueden afectar mucho la eficiencia y la potencia acústica de las trompetas y prueba que con estimaciones de parámetros acústicos adecuados es posible empezar a caracterizar los diversos modelos de trompetas mayas. También se observa que el modelo experimental más eficiente y potente acústicamente que se ha probado es el de guaje. Como es probable que las trompetas de las bandas mayas, como la del mural del Cuarto 1 de Bonampak, hayan sido usadas en espacios abiertos, ya que no se han encontrado edificios con cuartos muy grandes, los diseños sonoros más potentes y eficientes son los que se pudieron haber utilizado. Era necesario que fueran potentes, para que sus sonidos pudieran ser escuchados en las plazas, cuando se tocaban al mismo tiempo con otros instrumentos de percusión que eran potentes como el zacatán maya representado en el mismo mural de Bonampak del Cuarto 1. Tenían que ser eficientes acústicamente para poder tocarlas por tiempos prolongados en las celebraciones, lo que requería el menor esfuerzo de excitación, para producir la mayor potencia.

La trompeta de guaje terminada también es la más ligera (300 gramos), ya que tiene la pared muy delgada (3 milímetros) y es dura y compacta (no requiere mucha resina para tapar el poro). El peso final de las trompetas es importante, ya que en la iconografía se muestra que son muy ligeras, porque al tocarlas en las ceremonias las sostienen en el aire sólo con las manos muy juntas o las cargan con una mano en procesiones pintadas en los vasos mayas. Sólo el barniz, resina o sellador que se usa para tapar el poro de materiales fibrosos o esponjosos de las trompetas de quiote puede pesar más de medio kilo, que es mayor a todo el peso final de la tromperta experimental de guaje.

Se sabe que el resonador de las trompetas es más eficiente cuando su grado de abertura es mayor y más cerca de la campana, como sucede con los diseños de las trompetas e instrumentos modernos de bandas de viento que han sido bien estudiados. Sin embargo, el diseño de las trompetas mayas es diferente, ya que su embocadura no tine capuchón (que actua como un filtro) y el diámetro menor del resonador es mayor, factores que no han sido bien estudiados con la misma profundidad.

Comentarios finales

Lo más importante del ejercicio es que se muestra que sí es posible hacer trompetas con quiotes, pero no es fácil su localización y es muy delicada su construcción. Se ha visto que hay otros materiales ligeros y duros ahuecados por la naturaleza que se pueden aprovechar como el guaje y las ramas huecas. Sin embargo, es posible utilizar el quiote y combinarlo con guajes como campanas, para obtener trompetas más ligeras y más parecidas a las representadas en la iconografía.

El uso de quiotes secos no daña la biosfera, ya que después de tirar las semillas que pueden generar hijos, los magueyes cumplen con su ciclo de vida y ya no ofrecen otra utilidad, en adición a las mencionadas.

El sonido generado y su análisis espectral muestran el tipo de señales complejas que pueden producir esta clase de trompetas, si se tocan por un operador hábil, como pudieron hacerlo los maestros que las tocaban en la antigüedad. No es fácil lograr eso, ya que se requieren años de práctica.

Sin embargo, las costumbres, gustos y visiones individualistas modernas, así como la falta de muchos tocadores, han impedido escuchar los aerófonos antiguos tocados en grupos (como se muestra en la iconografía de las trompetas mayas) y ha eliminado la posibilidad de conocer los efectos que producen sus sonidos en dichas condiciones, pero se sabe que éstos pueden ser complejos, ya que pueden generar batimentos. También se sabe que los batimentos infrasónicos producen efectos especiales en la salud física y metal. Los gustos y educación de la música contemporánea no permiten que se analicen a fondo las aplicaciones sonoras no musicales, aunque Luis dice que usa sus trompetas en terapias sonoras y puede producir sonidos de animales, pero no se han podido conocer y analizar.

El estilo de tocar australiano (que se ha difundido internacionalmente por músicos de varias clases) es importante, pero los modelos de trompetas antiguas también pueden producir otros tipos de sonidos, incluyendo muchos similares a los de la fauna antigua, para los que no se requiere la técnica de la "respiración circular", ya que usualmente no son de gran duración. Las formas de tocar preferidas de los amantes del "didji" son aceptables en conciertos, grabaciones musicales comerciales, terapias o ejercicio de meditación. Sin embargo, usualmente no se incluyen otros tipos de sonidos que pueden producir las trompetas de tipo antiguo como los que se asemejan a algunos seres biológicos (como gruñidos, rugidos o aullidos, etc.), o a fenómenos de la naturaleza (ruidos), ni los del habla, el canto, etc., que también se pudieron producir en el pasado. Tampoco se han podido escuchar en la realidad los sonidos de todos los instrumentos que aparecen representados en ceremonia de la banda maya del mural de Bonampak.

El procedimiento de poder perforar con fuego los quiotes es muy importante, porque esa técnica también se puede aprovechar para hacer modelos de otros artefactos sonoros grandes de tipo antiguo (como el huehuetl azteca o su equivalente el zacatán maya) y otros objetos de madera como máscaras y esculturas. Algunos investigadores informan que hay tambores antiguos recuperados y algunos que se usaban hasta principios del siglo pasado que aparecen chamuscados en el interior, por lo que mencionan que usaban fuego para tensar la piel de la tambora2. Lo anterior pudo ser cierto, pero aun en ese caso, no es una evidencia excluyente. Ya se ha visto que también es posible que sea un rastro de la técnica de fuego usada para el ahuecado, como lo informa “Pancho” Camacho 3 y experimentos realizados confirman esa posibilidad.

Por ejemplo, el autor ya ha utilizado este procedimiento con fuego para hacer un tamborcito de encino tipo huichol de tres patas. El tronco de encino fue proporcionado por Ángel Mendoza, un diablo danzante de la Mixteca Baja. Ya tenía un pequeño hueco hecho con fuego, pero en una hora se quemaron y eliminaron varias pulgadas más de la parte interior de la pared del tronco de encino (Figura 10 y 11). Es oportuno comentar que en la actualidad ya no se hacen muchos instrumentos de percusión con maderas muy duras, en gran parte, por la dificultad de su ahuecado, aun con la disponibilidad de herramientas y aparatos de corte y taladrado modernos.

Hay algunas evidencias de tambores ahuecados con fuego en culturas que mantienen tradiciones antiguas, como el tambor Kundu de Nueva Guinea4.

El fuego también puede servir para ayudar a hacer el hueco de la caja resonadora del teponaztli hecho con maderas duras, aunque de los antiguo que han examinado sólo han reconocido que se pudieron usar agujas de cobre al rojo para hacer perforaciones en las ranuras que separan las lengüetas5. Varillas de metal al rojo también se pueden usar para perforar quiotes rectos, pero el quemado de huecos de gran diámetro y longitud no es sencillo, y es más difícil utilizar ese procedimiento en los quiotes que están torcidos o curvos.


Fig. 10 y 11. Tronco de encino que muestra las brasas en su hueco interno y pintado.

Luis presentó varias docenas de sus trompetas de quiote y de madera en una exhibición "Instrumentos de Sonoridad Precuauhtémica" en el Museo de La Ciudad de México (Figura 12), dentro del programa del "Día Mundial del la Madre Tierra" y dio un concierto sobre "Alientos y Sonidos Ancestrales" el 15 de abril de 2005 a las 19:00 hrs.


Fig. 12. Luis tocando una trompeta de maguey en el Museo de la Ciudad de México.

En la Figura 12 se ve que Luis sostiene la trompeta de quiote con las manos más separadas que las de los trompeteros mayas, lo que puede indicar que las trompetas del mural de Bonampak pudieron ser más livianas, aunque dice que las puede sostener en forma similar. Las trompetas hechas con la floración seca de las plantas de agave difieren un poco en su morfología y dimensiones tubulares en relación a las presentadas en los murales de Bonampak y en la iconografía maya, por la forma natural de la base del quiote, aunque no se descarta que puedan exitir similares.

Luis también hace "didgeridus mexicanos", aprovecando ramas huecas perforadas por termitas, que pueden producir buenos sonidos, si se termina bien el hueco y su superficie, pero como son pesados (hasta más de 10 kilos) y tienen que tocarse sostenidos o recargados en el suelo como se ve en la Figura 13, en forma similar a como se hace con las trompetas Australianas de madera.


Fig. 13. Luis tocando una hermosa trompeta de madera granadilla.

Notas y comentarios recibidos

1. Francisco “Pancho” Camacho Morfin comenta: "Hablando del quiote, fíjate que yo construí una jarana de este material y luego topé con la siguiente cita: Reider , E., Q. y Michel, M., 1997. México en sus Cantares. Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Instituto Mexicano de Cultura. Morelia Mich. México. Pp. 43-45. Viene una sección de cantos Otomíes del Valle del Mezquital donde menciona que el canto "Pei na ra bo'o Celestino" tiene la palabra Bo'o, que según Raúl Guerrero significa quiote, continua diciendo que los pastorcillos hacen unos instrumentos musicales de juguete aprovechando la forma cilíndrica del quiote y cortando un trozo de 35 cm de largo y le añaden un astil de madera para ponerle cuerdas y usarlo como instrumento musical (similar al que yo hice). Que el título del canto puede traducirse como Celestino toca el Quiote."

2. Daniel Castañeta y Vicente T. Mendoza, en su libro (Instrumental Precortesiano. Instrumentos de Percusión. 1933. Tomo I. p.12.), incluyen un comentario de Carl Lumholtz M. A. (de su obra México Desconocido. 1904, Tomo I, pp. 33) sobre las fiestas de los huicholes: “Varias veces hay que restirar la piel de la tambora durante la noche, lo cual se efectúa introduciendo una raja de ocote ardiendo dentro de la caja, a fin de que el cuero se contraiga con el calor. A causa de eso, el interior del leño esta siempre chamuscado y cubierto de humo, lo que haría creer a un observador poco atento, que se ahueca la madera quemándola.”

3. Pancho Camacho informa, sobre el ahuecado con fuego: "Del ahuecado a fuego de los troncos, sin quitarle mérito a Luis, yo leí esta técnica en una fracción de los Instrumentos de la Música Afrocubana, llamada la Yuca, de Fernando Ortiz, Ed. Letras Cubanas. 1995 p. 6., donde se usa en la construcción de unos enormes tambores cilíndricos, anteriores al uso de técnicas de tonelería, de lo que veo en el artículo lo único que varía es que F. Ortiz, menciona que durante el ahuecado, las paredes se protegen con telas o sacos húmedos". Esa técnica de ahucado con fuego usada en Cuba, pudo ser traída de África.

4. El uso del fuego para ahuecar tambores se menciona en el articulo The Making of a Kundu Drum de "Bikmaus - Journal of Papua New Guinea Affairs, Ideas and the Arts" Vol 7 No. 3, September, 1987 pp. 51-61.

5. Daniel Castañeta y Vicente T. Mendoza, en su libro (Instrumental Precortesiano. Instrumentos de Percusión. 1933. Tomo I. p.51.), también comentan que pudieron usar hachas de cobre y navajas de obsidiana, para hacer la caja acústica y para las incisiones de las lengüetas opinan: “…y señalando el lugar de las lengüetas, se hacían en él varias perforaciones con agujas de cobre, probablemente calentadas al rojo, atravesando la zona de las lengüetas en los puntos principales de las tres incisiones de que ya se habló en la descripción del instrumento; corroboran esta opinión las huellas perfectamente visibles que la perforación de la aguja dejo en todos y cada uno de 14 ejemplares examinados, pudiéndose citar como ejemplo el teponaztli de Macuilxochitl, en el que se ven 14 huellas de perforación de aguja, distribuidas simétricamente…Hechas las perforaciones con las agujas se hacían las incisiones aserrando la madera por medio de un cordel, probablemente de ixtle torcido…”