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Silbatos de Yaxchilán (Ranas de Barro)

Roberto Velázquez Cabrera rvelaz.geo@yahoo.com
Instituto Virtual de Investigación Tlapitzkalzin
Versión popular del artículo 4pAAb3
Presentado el Jueves en la tarde, 5 de diciembre de 2002
Primera Reunión Panamericana/Ibérica de Acústica, Cancun, México


Silbato C-405 de Yaxchilán

Se examinaron tres silbatos de barro dobles o en pares que se encontraron enterrados en templos de la Pequeña Acrópolis (650 - 800 d.C.) de Yaxchilán, Chiapas, México. Fueron hechos como ranas en posición de canto (C-381 y C-466). Algunos eruditos dicen que los silbatos de barro fueron simples juguetes, pero se encontró que las ranas de barro pueden cantar como las ranas naturales y posiblemente, sus coros se usaron en ceremonias del dios Maya de la lluvia y el agua Chaac y en otros ritos chamánicos. Esas posibilidades se infirieron considerando la siguiente evidencia:

Las ranas y otros anfibios fueron venerados y representados en el arte del México Antiguo (como este sapo del mural de Cacaxtla). Las ranas de piedra Mexica (Azteca) del Recinto Ceremonial de Tenochtitlan muestran que las ranas fueron consideras sagradas y sus sonidos, imitados por sacerdotes, fueron usados en grandes ceremonias a su dios de la lluvia y agua Tlaloc. Los Mayas creían que los cantos de las ranas eran para solicitar o traer la lluvia y se usaron en una ceremonia conocida como Cha-Chaac. Aun hoy, los maiceros celebran la ceremonia Cha-Chaac, dónde los niños tradicionalmente hacen los ruidos de croar.

Figuras de ranas se incluyeron en el huipil o k'ub de la Dama Na Xok que esta tallada en el hermoso dintel 26 de Yaxchilán.

Las ranas aparecen en el primer descubrimiento del desciframiento de los jeroglíficos Mayas realizado por Tatiana Proskouriakoff en la tumba de Pacal. El glifo T740 que significa "nacimiento" o "nació" se llamó "rana erguida o virada" (la vírgula muestra que habla o canta). Aparece con glifos de fechas de nacimiento en el sistema Maya de varios de sus gobernantes, como en los dinteles 29 y 30 de Yaxchilán asociadas a Pájaro-Jaguar IV, 9.13.17.12.10 8 Oc 13 Yax (709 d.C.) y 9.16.0.14.5 1 Chicchan 13 Pop (752 d.C.) de Escudo-Jaguar II del dintel 13. También, aparece en muchas otras piedras talladas como en la estela 3 de Piedras Negras.

Zac (rana) también aparece en el glifo del ulinal (mes) 11 del haab (calendario solar Maya de 365 días).

La selva Lacandona es abundante en especies herpetológicas. En la actualidad, se han registrado 77 especies (65% de las especies posibles), que pertenecen a 55 géneros, agrupadas en 24 familias de anfibios y reptiles. Las ranas fueron abundantes en la rivera del río Usumacinta en un selva húmeda y templada, a menos de 500 m sobre el nivel del mar y con seis meses de lluvia fuerte.

No es probable que los silbatos de Yaxchilán hayan sido usados con otros instrumentos Mayas más poderosos como los mostrados en los murales de Bonampak, en grandes plazas o en espacios abiertos, a menos que se tocaran en grandes grupos para producir fuertes coros como los de las ranas naturales. Los silbatos dobles son la más notable evidencia de que a nuestros ancestros les gustaba tocar silbatos simultáneamente para producir batimentos y patrones de interferencia. Los coros de las ranas de barro pueden producir batimentos infrasonicos y es posible que hayan sido usados en ritos chamánicos para producir estados de conciencia especiales. Su música estaba relacionada con los sonidos sagrados de la selva. Las señales de las ranas de barro pudieron ser usadas en comunicaciones con ranas de la selva.

El diseño de su mecanismo sonoro es similar, con bisel curveado. Esto indica que los silbatos se originaron con la misma técnica organológica y pudieron ser construidos por una comunidad artesanal, pero su origen exacto se desconoce.

El efecto acústico observado del mecanismo sonoro es un sonido un poco ruidoso. Se aplicaron las ecuaciones de Helmholtz y se encontró la frecuencia fundamental F0 para cada silbato individual (1010 Hz - 1160 Hz), se pudo estimar su factor de calidad Q (50 - 88) y se midió el rango de sus sonidos (800 Hz - 1400 Hz). Los silbatos no fueron afinados a una altura estándar, pero se confirmó que pueden producir batimentos o sonidos fantasmas. Se sabe que los batimentos infrasónicos pueden producir efectos especiales en los seres humanos debido a la excitación de las neuronas de la corteza cerebral y se usan para mejorar la salud mental y física.

El espectrograma muestra las componentes de frecuencia de un sonido wav corto del silbato C-381, tocado suave en modo doble, destapando los dos hoyos tonales para modificar la altura e imitar el sonido de una rana. La variación del nivel en dB se obtuvo vibrando la lengua dentro de la boca durante la insuflación. Se muestra que la altura de las fundamentales se incrementa generando microtonalidades, no se producen armónicas y las dos señales en los dominios del tiempo y frecuencia son similares pero no iguales. El origen de los batimentos se muestra con la diferencia en altura de las dos señales.

No es fácil hacer este tipo de silbatos, pero se hicieron algunas replicas experimentales con el mejor procedimiento encontrado. La potencia acústica radiada de las replicas (0.0005 - 0.003 Watts) tocadas en diferentes modos, son bajas comparadas con otras replicas más poderosas como una Tlapitzalzintli (flautita) Mexica (0.02 Watts) que pudo escucharse a una distancia de 500 m en el sitio de Teotihuacan así como un silbato Olmeca de piedra negra (0.3 Watts) y una trompeta Maya de guaje de Bonampak (0.2-0.8 Watts) tocada en sus dos primeros modos. Las ranas de barro pueden ser mas potentes que otros silbatos como algunos Mayas y Zapotecos (0.0005 Watts). Los silbatos pequeños tocados en grupos pueden producir coros muy fuertes.

Las plazas de la Pequeña Acrópolis debieron haber sido un sitio adecuado para la utilización acústica de las ranas de barro, porque están rodeadas por varias estructuras. Las características de este complejo restringido, por estar alejado del principal centro ceremonial, da la impresión de haber sido usado por un grupo selecto. Los cuartos de los templos, las grutas y las cuevas también son acústicamente ideales para tocar los coros de las ranas de barro como una ayuda en los ritos religiosos de grupos reducidos de chamanes o sacerdotes H-men.

Los silbatos se hicieron y usaron antes de la construcción de la Pequeña Acrópolis, porque se encontraron en sitios de rellenos. Las ranas de barro no eran basura o desechos ni fueron "matados", ya que se enterraron completas. Se pueden considerar como una clase de ofrenda a los dioses y las ranas veneradas en ese sitio y pudieron "vivir" y ser tocadas por los habitantes del inframundo de Yaxchilán y ser adecuadas para ser usadas en ritos del Laberinto. El (re)descubrimiento de esas ranas de barro significa, en un sentido Maya, que renacieron en este mundo. Su análisis profundo nos permite rescatarlas, reconocerlas y recrearlas en nuestra realidad.

Nota. Este primer análisis formal de silbatos Mayas fue incluido en una tesis de maestría sobre aerófonos Mexicanos. Las ranas de barro se seleccionaron, porque pertenecen a la gran cultura que prevaleció en el Sur-Este de México y en América Central, incluyendo Cancun, que es la sede de la Primera Sesión Especial sobre Instrumentos Sonoros (Antiguos) - Acústica Antigua III y IV y para contribuir en el Honor a Robert Capranica (Bioacústica de Anfibios). Pero, miles de instrumentos pretéritos encontrados y almacenados en museos, colecciones y exploraciones, están esperando ser analizados sistemáticamente.

Referencia: Ranas de Barro de Yaxchilán. Documento consultivo (con referencias y créditos) e informe largo para Daniel Juárez Cosio (quien encontró los silbatos durante excavaciones de 1989-1991) Director de Estudios Arqueológicos (DEA), INAH.